1- Conversación
en La Catedral, Mario Vargas Llosa, peruano, editorial Alfaguara, primera
edición septiembre de 2008, 624 páginas.
Según Mario
Vargas Llosa, si tuviese que quemar todos sus libros y rescatar sólo uno, sin
duda sería éste.
En una familia
oligárquica del Perú, un hijo adolescente intelectual y rebelde, cuestiona la
forma de vida, comodidades y costumbres
de su clase, despertando tempranamente a una conciencia social; un afán de
búsqueda de justicia, de sentido a la vida, un deseo de creer en algo, luego el
desengaño, la decepción; un tomar decisiones y dejarse llevar por los
acontecimientos en forma rutinaria, sin pasión.
Un padre que
sufre por un hijo que ha abandonado la familia y sus estudios por un trabajo
mal pagado de periodista de prensa escrita.
Un jefe de policía
política corrupto y temido al servicio del dictador Odría; unos ministros y
unos militares igualmente corruptos y serviciales; una empleada, una cholita que sirve en la casa
de una familia oligarca, luego en una de las fábricas del jefe del clan,
después sirvienta de una querida del poderoso, sus avatares, sus sueños, sus
miedos, sus frustraciones; un chofer del poderoso y luego del jefe de familia y
su relación sórdida con éste y con la empleada; lacayos, matones y prostitutas
al servicio de los poderosos, un asesinato nunca investigado ni esclarecido, en
fin, de todo esto y más nos enteramos en esta tremenda novela a través de la conversación de dos de sus
personajes principales: Santiago Zavala
o Zavalita y el negro Ambrosio, diálogo que transcurre al ritmo de las cervezas
en La Catedral, un bar de mala muerte en los suburbios de Lima.
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